Crear ciudades de madera
Aunque la madera lleva mucho entre nosotros y hay muchísimos edificios construidos hace siglos que son prueba de ello, ya que todavía siguen en pie teniendo una estructura basada únicamente en este material, sí que es cierto que no hace tanto que se ha dominado su uso para poderle sacar el máximo partido y que esta pueda ser fácilmente replicable a muchos tipos de construcciones. Y no solo eso: la tecnología unida a este material natural hace que pueda ser muy longevo y fácil de mantener si lo aplicamos a edificios de uso cotidiano como pueden ser las oficinas.
Si vemos todos los inmuebles que conforman una ciudad como un todo, es importante tener en cuenta que el sector de la construcción está implicado en un 40% con el total de emisiones de CO2 a la capa de ozono (lo que es muchísimo si lo visibilizamos a nivel urbanístico) y que, sin embargo, el uso de la madera supone 24 veces menos energía que la necesaria para crear una construcción convencional con hormigón. Además, este material destaca por tener una gran capacidad para ser reciclado.
Qué implicaría que una ciudad se viera más rodeada de madera
Es muy interesante también tener en cuenta los beneficios que aportan estas estructuras hacia las personas: es indispensable para las ciudades el hecho de tener parques para acercarnos a la naturaleza, por lo que las construcciones de madera pueden suponer una vía para fomentar este vínculo.
De cara a los ciudadanos, este material tiene además propiedades saludables que ayudan a absorber las radiaciones electromagnéticas de móviles, televisores y ordenadores, a la vez que regulan la humedad del interior de los espacios a la vez que amortiguan el ruido.
Sin duda, invertir en productos de calidad, con la tecnología e ingeniería adecuada, pueden ser un gran paso para crear edificios y estructuras saludable y sostenibles dentro de los ecosistemas urbanos.