21 julio 2022

Los domos geodésicos: estructuras innovadoras y sostenibles

Una alternativa a las viviendas hechas en hormigón está representada por los domos geodésicos, un tipo de estructura sustentable que requiere menos materiales que un edificio o estructura tradicional. Los domos son ligeros, firmes, prácticos y hoy se utilizan también como invernaderos, cabañas de lujo, espacios de meditación, observatorios meteorológicos, etc. 

El termino geodésico proviene de geodesia, la ciencia de medir el tamaño y forma de la Tierra. De aquí el domo geodésico: una cúpula que imita la morfología de nuestro planeta. El domo es parte de un poliedro, un cuerpo geométrico cuyas caras son planas, encierran un volumen finito que puede ser de dos maneras: un icosaedro (de veinte) o un dodecaedro (de doce). La piel o cara puede tener la forma de los hexágonos, triángulos o cualquier otro polígono con diferentes tamaños. 

El inventor de los domos geodésicos fue Richard Buckminster Fuller (1895-1983), un arquitecto, diseñador, visionario y escritor que creó una de las cúpulas geodésicas más conocidas en 1967 en la Exposición Universal de Montreal, de 76 m de diámetro y 41,5 m de altura. Su idea era crear un espacio más sostenible para habitar que además pudiese ser construido por cualquier persona. Gracias a su forma curva el domo puede resistir a terremotos de gran magnitud, son estructuras que se autosustentan, por lo que no necesitan columnas y se aprovecha al máximo del espacio. 

Otra característica de los domos es el el peso: todo lo que cuelgue de ellos se distribuye por igual, consiguiendo una estabilidad total.  Cabe destacar también la excelente acústica que generan y la ventilación, ya que, al ser una superficie esférica, el aire fluye continuamente de abajo hacia arriba y al centro, reduciendo la proliferación de hongos y bacterias.  

Materiales necesarios 

Según la función que se quiere dar al domo y al tamaño se utilizan materiales diferentes. Los más utilizados son: pvc, aluminio, policarbonato, acrílico, copolyester, metal y madera. 

Este último recurso aporta a la estructura una serie de ventajas: poca aceleración sísmica, mejor aislación térmica, adaptabilidad, su fácil manipulación y su condición renovable al tratarse de un componente natural, resistencia, etc. 

En definitiva, los domos son soluciones ideales para los que buscan estructuras sostenibles, ecológicas que no interfieren con el medio ambiente.