La madera, un óptimo aislante térmico en la edificación
Las numerosas propiedades que posee la madera han hecho que este material se haya convertido en el más demandado en el sector de la construcción durante los últimos años. Utilizar la madera para construir edificios nos permite ahorrar energía a lo largo de toda su vida útil, ya que su estructura celular proporciona un óptimo aislamiento térmico.
Cuando hablamos de propiedades térmicas nos referimos a la capacidad o a las formas que tiene la madera de reaccionar ante el frío, el calor o cualquier sensación térmica a la que sea sometida o expuesta. Es un dato significativo saber que la madera tiene una capacidad aislante 15 veces superior a un muro de hormigón.
Según el estudio realizado por el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) y la Confederación Española de Empresarios de la Madera, los entornos realizados con este material mejoran la salud de las personas, ya que les proporciona confort térmico. Esta sensación se traduce en un aumento de la productividad y del rendimiento, ya que el metabolismo alcanza un equilibrio estable.
La madera es un material saludable al tacto que, gracias a su baja conductividad térmica, permite que nos adaptemos mejor a él y no suframos pérdidas de calor bruscas mientras está en contacto con nuestra piel.
El confort térmico, además, tiene una relación directa con la eficiencia energética de los edificios, ya que reduce la necesidad de calentar o enfriar los ambientes. Además, las propiedades higroscópicas regulan la humedad y la temperatura del entorno, creando así ambientes templados cálidos en invierno y más frescos en verano.
En definitiva, las virtudes de la madera son positivas tanto para los usuarios como para el planeta. Será interesante poder ver cómo poco a poco este material se va implementando de forma regular en la construcción.