El material que permite construir edificios como legos: la madera masiva
En el año 2013, durante una charla TED, el arquitecto canadiense Michael Green alertaba de la necesidad de prescindir de materiales tan poco sostenibles como el cemento o el acero a la hora de satisfacer las necesidades inmobiliarias de la sociedad. Y presentaba una alternativa: la madera, de cuyos beneficios medioambientales, estructurales y psicológicos hablamos detenidamente en otro de nuestros artículos. El mundo de la arquitectura al completo parece haber llegado a la misma conclusión durante esta última década. Pero no solo como medida contra el cambio climático: también porque la madera permite construir edificios de una manera muy similar a las construcciones legos.
Aunque no cualquier madera. Como explica el periodista David Roberts en un reportaje para Vox, el entusiasmo de los arquitectos se centra en la llamada madera de ingeniería masiva, fabricada a partir de capas de madera blanda de pino o abeto apiladas en cruz y unidas entre sí mediante adhesivos estructurales. Existen diferentes versiones de madera masiva, «pero la forma más común, la que ha abierto la mayoría de las nuevas posibilidades arquitectónicas, es la madera contralaminada». Cuando alcanza espesores de treinta centímetros, disponen del mismo o de mayor rendimiento que materiales como el hormigón o el acero. Ya existen edificios de más de 85 metros de contralaminada.
Y erigidos a una velocidad sin igual gracias a la posibilidad de prefabricación. En palabras del propio Roberts, «en lugar de que los materiales se pidan en cantidades masivas, se corten a medida en el sitio y se ensamblen, como ocurre con la construcción convencional, gran parte del trabajo y la fabricación de los edificios de madera contralaminada se realiza en la fábrica, a menudo utilizando máquinas de control numérico por computadora para permitir cortes de precisión». De esa manera se ahorra muchísimo tiempo, así como muchos recursos, ya que se elimina de la ecuación el desperdicio del material. Basta con una buena planificación previa para tener los paneles preparados.
Además, estos paneles (suelos, paredes, techos…) pueden fabricarse simultáneamente, lo cual no puede hacerse con la construcción de suelos, paredes o techos con hormigón. ¿El resultado? «Los edificios de madera masiva son aproximadamente un 25% más rápidos de construir que los edificios de hormigón y requieren un 90% menos de tráfico de construcción». A fin de cuentas, las empresas constructoras disponen de todo cuanto necesitan para montar el edificio. Todos los paneles. Todas las piezas. Les habrá bastado solicitarlas y recibirlas. Nada más. Esto además reduce las molestias derivadas de la construcción: no hay trabajadores construyendo suelos, paredes o techos in situ.
Esta velocidad y versatilidad de construcción que posibilita la madera contralaminada promete dos escenarios muy favorables. Por un lado, la construcción de viviendas en fábrica para proporcionar vivienda a una humanidad que en el año 2050, y según datos de Naciones Unidas, habrá alcanzado los 9.700 millones de personas. Por otro lado, la construcción de edificios profundamente personalizados, ecológicos, de gran calidad y únicos, como es el caso de Wittywood, el primer edificio de oficinas construido completamente con madera en España. De una u otra manera, la construcción lego de la madera se impondrá como la solución más eficiente a muchas de nuestras necesidades.